30

Un simple número, inofensivo, redondeado, bonito, muy bueno para descuentos, días de vacaciones, personas reunidas, pero… si preguntas a una mujer: el Apocalipsis!. El 30, en su conteo de vida, culturalmente representa el fin de su mundo si no está casada: se quedó sin sus oportunidades, se acabó su "momento", se le fue el tiempo.

Así que el tres, seguido del cero, es una alarma del reloj de la sociedad, cuya melodía son las preguntas y los maleficios: ¿y qué esperas? ¿y para cuando? Se te va el tren, te vas a quedar sola para siempre… Es algo así como la declaración de su muerte! Terrible!

Pero no conforme con tan aterradoras advertencias que la sociedad se encarga de recordarles a estas mujeres por todos los medios, ellas, bastante jóvenes por cierto, en el fondo, se lo creen. De hecho, son tan jóvenes, que se permiten tal confusión; y entonces combaten una catástrofe, con otra, la propia, la interna!.

Y sumergida en aquella batalla de miedos y leyendas, la mujer no se pregunta: ¿Por qué los 30 y no los 20, los 16, los 80 o los 100? De hacerlo, deduciría que es ese el tiempo en el que una mujer ha descubierto tanto sobre si misma (ya no por la pureza de sus 15 sino también por todo lo que superó después), que amenaza con hacerse libre de todo futuro convenido. A los 30, lo que quiere una mujer, ya no es de suponerse! Y eso para cualquier espectador, es digno de suspenso!

Así que, mujer de apenas 30, el asunto es el siguiente: tienes más poder del que has tenido en toda tu vida; el poder para elegir opciones de vida no sobreentendidas, que afectarán inevitablemente a una posible pareja, a una posible familia y repercutirán directamente en la sociedad que todos conocemos, y que tanto se entromete.

Por eso, no dudes, no tengas miedo, no te detengas; que con 30, 15 o 40, aquí la reina eres tu, porque el destino que adoptes, conocido o no, se hará realidad cuando tu lo decidas, a tu tiempo y a tu ritmo…A tus 30!

Jhozo