Como en mi tarea de amarme mejor pude ver toda mi oscuridad,
finalmente pude entender que parte de lo que me hacía fallar en lo que más me
debía destacar era una especie de autocastigo, por todas las veces que parecía
que lo que yo tenía para dar estaba mal. En estos días me dolía reconocer mi
ternura e ingenuidad, tuve que sentirme muy frágil para poderlas mirar…pero
aceptarlas me hacía sentir mal (como si fueran un defecto fatal). Hoy he
logrado hacer las paces con esa parte mía y desde esa paz les permito estar en
mí así como a todas las experiencias en las que me llevaron a vivir algo
hermoso que me hiciera soñar. Acepto amar desde ese lugar porque eso soy y esa
es mi verdad, es parte de mi libertad.
Hoy he querido conectar con todo lo que me ha traído esa
cualidad y finalmente permitirme disfrutar los frutos que me da. Hoy “Me
permito recibir y disfrutar el amor y la abundancia que llega a mí”, y de
inmediato comienzo a interpretar cada situación cotidiana de una manera nueva,
como una oportunidad de abrirme a participar de algo positivo para mí, dejando
atrás tantas luchas, desconfianza, temores y cosas que rechazaban todo lo que
no era como yo esperaba que debía ser.
Desde este nuevo lugar puedo decir lo que pienso sin crear
una barrera, sino creando una oportunidad para descubrir un punto de vista
nuevo, una solución, un punto de encuentro…haciendo de mi observación u opinión
una puerta de amor y liberación. Esto, claro está, va mejorando a medida que
las heridas van sanando. Hoy por ejemplo se trató de mi orgullo herido, nada
más profundo para sanar!, porque el orgullo cuando ha sido herido te hace sentir pequeño en tu valor y por ende
querer colocarte por encima de los demás …y eso se convierte en una guerra en
la que vencer y un deseo de ganar, un juego que simplemente te ata a un
malestar sin final.
Lo que puse en práctica hoy fue expresar mi punto de vista,
mi dolor y mis razones frente a una circunstancia o persona que me había herido
tanto que ya no sabía cómo tratar. La primera reacción siempre es
“contraatacar” pero eso no alivia el malestar personal, entonces simplemente
explique mi perspectiva abiertamente y me sirvió para soltar todo lo que venía
cargando sobre esa situación… y ya! Así de fácil, así de liberador! Por qué?
Porque lo hice con responsabilidad sobre mi propio bienestar, no lo hice para
castigar, ni para reclamar, ni para manipular simplemente para expresarme con
libertad desde mi orgullo pero también desde mi vulnerabilidad, con
honestidad...y fue realmente genial hacer eso por mi sin más propósito que
hacerle un lugar a mi verdad.
Así que hoy abrí un portal a la cordialidad y a mi verdad, a
poder existir, expresar y liberar mi ser como tal, sin temer y sin dañar.
Has perdido alguna vez esa libertad?
Jhozo
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