Amor y aceptación son las necesidades más básicas asociadas al ser. Cuando esas necesidades no se saben cubiertas y no son entendidas en plenitud dentro de nuestra formación, entorno, interior, etc... lo natural es intentar procurarselas.
Con base a ello comienza una misión que de no ser conciente puede hacerse más pesada que la misma carencia de esas necesidades no satisfechas.
El deseo de ser amado y aceptado puede ser hermoso y sutil, siempre que no se mire desde la lucha o desde la desesperada conquista de un premio que ganar.
Cada uno tiene su propia manera de interpretar el amor y la aceptación que recibe, y cuando el entorno no funciona de esa manera o no está en sintonia con esa propia visión, podemos perdernos en conclusiones dolorosas o en batallas desgastantes para obtener lo anhelado.
Hay infinidad de consecuencias tras la percepción de que el amor y la aceptación que esperamos no se nos es dado: dolor, frustración, resentimiento, búsqueda, rabia, agresividad, lucha...."me esfuerzo para ganarme tu amor, te juzgo por no amarme, me frustro porque no me aman, me lamento porque hay algo malo en mi, me escondo para evitar enfrentarme al desamor, desconfío si se acercan , me siento abandonado al rodearse de gente que no me ama, me ilusiono con encontrar el amor algún día en alguien o en alguna parte, me refugio en cualquier cosa que parezca sustituir esa necesidad..." toda una locura que parte de la insatisfacción propia.
Queremos encontrar la respuesta, el camino y la solución que nos guiará al amor que merecemos recibir...y no nos damos cuenta que en esas preguntas, búsquedas, problemas y deseos no está!, sino justamente lejos de ellos: en la paz, la aceptación, la confianza y la fuerza de nuestro propio amor
Debemos aprender a conectar con esa fuente, y tenemos una oportunidad frente a cada circunstancia distinta a la de sentirse amado y aceptado.
Jhozo
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