Ese pequeño suceso que te conecta con una cantidad de ideas y cosas que ya has pensado y concluido sobre un tema asociado a ese elemento, te detona y te conecta con todo ese entramado que llevas dentro, quizá latente, quizá apartado, quizá no resuelto... Pero que ciertamente ha tomado forma y estructura en lo que a ti concierne.
Esta nueva pieza aparece frente a ti, y tu reaccionas a ella de alguna manera para sentir, opinar, actuar, aportar, exigir lo que consideras preciso en ese momento. Pero luego te conectas a ello, al poder que crees tener sobre ello, a todos los pensamientos e ideas que asocias con eso, entras a ese mundo que has creado al respecto (quizá solo en tu mente), y terminas sintiendote tentado a tomar las riendas.
Surge en ti la necesidad de enfrentar todo sobre eso, de luchar toda batalla pendiente para solucionar y poner orden a todo lo que no se ha hecho, pero que tu ya has contemplado y desubierto, y que al seguir desatendido te mantiene descontento, frustrado, insatisfecho. Y ese detonante que es el pequeño suceso te abre la puerta a todo aquello, te da esa oportunidad de entrar con toda tu sabiduría y tu fuerza a expresar, hacer, lograr todo lo que crees correcto.
Creer que puedes hacer algo al respecto y que tus acciones pueden cambiar todo lo que requiere la transformación que consideras, dice por si mismo que has puesto en tus manos lo que has estado viendo. La capacidad y la fuerza que sientes de poder lograr ese cambio responde claramente a la visión que tu mismo te has formado sobre el tema, y si, podrías lograr cualquier cosa dentro de tu propio contexto, te sientes en control de ello pues eres tu quien le ha dado vida en tu propia mente.
Puede que estés en lo cierto , que tienes la visión completa y las soluciones o herramientas, pero también puede ser que estés olvidando otros aspectos, excluyendo factores importantes, sacando del cuadro muchos otros elementos o incluso involucrandote en una batalla perdida, enfrentandote a una situación fuera de tu alcance, control o tu visión. Así que esas ganas, ese ímpetu, esa tentación necesitan una apropiada ubicación para que tu impulso no te resulte en lo que menos quieres.
Esa realidad que tu estás percibiendo tiene un poder y un alcance concreto, reconoce que eres una voz más, un miembro más, un espectador mas, un punto de vista mas dentro del amplio espectro de lo que sucede, y desde esa humildad, quizá puedas lograr mas y alcanzar más que sintiendote dueño de todo el concepto y toda la sintiendote.
Usa tu visión, sabiduría y fuerza para que el lugar que ocupas sea digno de respeto y para construir ese mundo propio que consideras correcto.
Jhozo
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