Ambicionamos estar felices todo el día y todos los días, y tememos a cualquier otra cosa que difiera de eso.
Partiendo de esa necesidad, inventamos nuestras propias categorías de felicidad, somos sabiamente creativos para ello:
Mayormente respondemos a la razonable conducta de que como la felicidad pura es de a raticos, mejor nos aferramos a cualquier cosa constante que se le parezca, por autodestructiva que sea. Mas vale tener algo en las manos, que quedarse y vacío a la espera. El problema es no saberlo y aferrarse.
Otras veces buscamos la felicidad en la perfección, no sabiendo que perseguir a una cosa nos aleja de la otra, y viceversa! Si, viceversa: “Esto tiene que ser perfecto para que yo pueda ser feliz” o“Soy tan feliz que todo me parece perfecto”
La felicidad es realmente una manera de englobar la magia de todo lo que nos rodea y sentirnos a gusto con eso desde el corazón. El resto del tiempo deberíamos invertirlo en generar las condiciones para que ese momento se produzca. Caso contrario, cuanto mas alejados de esta actitud, o mas perdidos y necesitados, entraremos en una realidad fabricada que le grita con gran indignación a otros: y tu, como puedes ser feliz si yo veo todo tan negro?. Como puedes estar tan equivocado y sonriente si yo estoy cada vez mas lleno de argumentos? Como hallaste felicidad si yo halle mil razones para este sufrimiento?...preguntas del mismo debate separador.
A fin de cuentas, tengamos falsas o reales felicidades, estemos en un lado o en el otro, arriba o abajo, el truco está en vivir todos esos sentimientos desde la tranquilidad de saber que son momentos y experiencias que se agotarán cuando los hallamos reconocido, expresado y soltado… es mejor hacerlo a tiempo y estar disponibles para las próximas emociones por venir.
Jhozo
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