Hace algunos años alguien me dijo con mucha fuerza y toda la intención de menospreciar y humillar mí valor, que yo no tenía nada ni a nadie...para ese entonces yo ni sospechaba que eso era verdad.
La frase en si misma no me ofendía porque en efecto yo no estaba buscando "tener" nada ni a nadie (y nunca lo vi como meta personal porque valoraba y aman lo que ya tenía y me enfocaba en cuidarlo y hacerlo prosperar)..Lo que si tuvo gran impacto en mi de aquella frase que me tiraban a la cara con tanto desprecio, fue que me lo decía una persona que si me tenía a mi y todo de mi, que yo incluía dentro de mi mundo y con la que yo creía compartir las mismas cosas. Es decir, ese día había descubierto que mientras yo pensaba que nos teníamos unos a otros, daba lo mejor de mi, pensaba en colectivo, y cuidaba las cosas comunes, para esa persona yo era no solo poca cosa, sin lugar, derecho, merecimiento ni valor, sino que no contaba ni con su aprecio, ni con su bienvenida, ni con el respaldo de los recursos compartidos en los que yo invertía con tanta generosidad.
Durante un tiempo esa se hizo mi frase "favorita", una suerte de mantra aterrizador, no solo para recordar la realidad que me rodeaba y salir de mi ilusión de hermandad, sino para desprenderme de todo lo que amaba y cuidaba tan inútil y erradamente como propio, y que no representaba ni me traería amor, bienestar ni seguridad.
En el nuevo camino que aquella revelación inició, yo exploraba incómodamente todas las emociones e inseguridades que implicaba saberse traicionado, no amado, abandonado, desprotegido, no sostenido. y "sin nada ni nadie". Un proceso doloroso y algo desesperado que me exigia fuerza, paciencia y confianza para atravesarlo, y que me llevó a crearme nuevas bases de estabilidad, inversión, amor, vinculación y perspectiva, lejos de lo que se había revelado en mi contra (y que yo había creído indispensable). Pero la vida siendo sabía no me dio otras opciones, vías de escape o elementos de sustitución, obligándome a valorar lo que tengo y soy , a reconocer toda la riqueza, belleza y valor que no venia de otros ni de cuidar de otros ni de estar con otros ni de cargar, sostener e invertir en lo que no me corresponde.
Tenerte a ti mismo y a Dios es tenerlo todo, y desde esa plenitud todo lo que se hace "nuestro" (en transformación, liberación, valoración y brillo) es lo realmente propio, rico, necesario, valioso y maravilloso.
Si no tienes nada ni a nadie es para comprender que no lo necesitas, y que hay mucho mas en ti y de ti, de lo que pudieras esperar u obtener de cualquier otro y cualquier cosa.
Se la riqueza, estabilidad, amor, valor y vida que te hace sentir abundante, feliz, afortunado, bendecido y en Dios, lo demás es orden y son formas.
Jhozo
IG Jhozo!
:) Me invitas un café? :)
|
|
|
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comenta y comparte! Es bueno saber que estas allí!