Cuanto temor nos da perder cosas, roles, lugares y personas con las que nos identificamos (o que hemos hecho parte nuestra) cuando en realidad estar en contacto con el propio ser, la vitalidad y la vida misma es una oportunidad hermosa y rica para nuestra mejor experiencia de vida.
Cuando sueltas, renuncias, aceptas, dejas ir, te rindes y te liberas de lo externo, lo que te domina, obsesiona, posee, afecta, controla, sostiene o esclaviza...es inevitable que te levantes en ti mismo, que te elijas, que encuentres en ti la forma de reconectar con la belleza de estar vivo, de saberte afortunado, de sentirte renovado por tu propio amor hacia el gozo de una buena vida que refleje tu esencia divina.
"Amor propio", "yo soy suficiente" "se tu mismo", son frases populares que intentan rescatar nuestra responsabilidad, derecho y poder para atrevernos a la vida con mayor fuerza o con mayor respaldo a nuestra esencia mas honesta, pura y simple (sepultada mental, social y voluntariamente por lo visto, impuesto, establecido).
Pero estar plenamente vivo y ser satisfactoriamente tu mismo no es un espectáculo de fama y popularidad, no es otra vía para buscar la misma aprobación que no te deja ser tu mismo, es mas bien una sabiduría interior que te permite gozar y amar la vida consciente de lo que el amor, Dios y la energía de vida te favorecen y permiten en cualquier contexto y escenario en que te corresponda fluir y realizarte cada día.
No te pierdas a ti mismo, tu verdad, tu esencia y tu sentido de dicha buscándolo fuera de ti donde no existe, pues es en ti, a partir de ti y contigo donde nace, crece, sucede, se desarrolla, florece y se hace posible y fructífera tu semilla .
Conócete, acompáñate, disfrútate, vívete, reconócete y honra con humildad, consciencia, independencia, responsabilidad y respeto tu existencia, libertad, oportunidad, regalo y éxito de estar presente , vivo y bendecido.
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