Es posible perseguir una meta o un sueño con tanto empeño, esperanza, convicción y terquedad, que perdamos de vista la realidad..
Un deseo original, una ilusión arraigada, una motivación a la que estar aferrado, pueden resultar en persistir sin evolucionar de forma total, pueden llevarnos a repetir la misma historia una otra vez sin llegar a triunfar, o sin fracasar definitivamente para trascender.
Apreciada es entonces una derrota, un golpe circunstancial, un empujón de la vida, un forzado cambio de dirección que abra la perspectiva a esos factores cruciales que están más allá de nuestra voluntad.
Apreciada es entonces una derrota, un golpe circunstancial, un empujón de la vida, un forzado cambio de dirección que abra la perspectiva a esos factores cruciales que están más allá de nuestra voluntad.
Estar convencido y enfocado es una fuerte cualidad, pero comulgar con esos factores externos y ajenos es necesario y primordial como aprendizaje y herramienta de clasificación en nuestro avance hacia esa meta esencial.
Si llegas a un punto del camino donde a pesar del recorrido, esfuerzo y empeño no tienes nada de lo que fuiste a buscar, donde el cansancio se hace desinterés para intentar lo mismo una vez más...Has llegado justo al momento de reflexión que le facilita a la vida manifestarse como tal. Veras la realidad porque ya no estás luchando por todo y contra todo para triunfar.
Allí ya no se trata de persistir o renunciar, sino de permitir que la vida te suceda en favor de tu sueño hecho realidad.
Jhozo
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