Cuando se tiene un deseo claro y se está abierto a recibirlo cumplido, es fácil notar hasta las manifestaciones más sutiles que te acercan a el.
Las emociones respecto a la realización de una meta que se desea alcanzar dejan de ser de angustia y temor para ser emoción, gratitud alegría, aceptación, amor, libertad, posibilidad y calma...
Es cierto que no se pueden sacar conclusiones adelantadas o saber el futuro sobre lo que será o no será, pero eso más que incertidumbre ofrece libertad para moldear el camino y el ritmo, e incluso el resultado final.
Es necesario poder estar relajado y atento a cada oportunidad, responder positivamente a las circunstancias que se nos puedan presentar, y conducir por un camino grato, flexible y beneficioso hacia el destino final.
La construcción de una realidad conjunta entre el ser y el entorno, es una actitud que te va conectando y llenando a través de cada experiencia de interacción.
Y aunque no todo y no siempre cada cosa es o resulta como nos pudiera gustar, igualmente son factor y parte de la creación de nuestra vida más allá de cualquier visión inicial.
Jhozo
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