Siempre he usado esta frase como reflexión personal: "es entre Dios y yo", y en esa práctica de vida surgen nuevas circunstancias que me permiten descubrir un nuevo significado en ello.
Permitirnos vivir y sentir las experiencias desde nuestra verdad y desde nuestra capacidad en determinada etapa, es la mejor forma de conocernos, reeducarnos y seguir avanzando para descubrir y redescubrir lo que necesitamos para evolucionar...En ese proceso personal esta Dios:
Cuando hacemos el bien calladamente, cuando cumplimos una tarea silenciosamente, cuando incluimos el bienestar del otro en nuestras decisiones personales...es un placer secreto que celebramos "Dios y Yo".
Cuando somos juzgados equivocadamente o acusados injustamente, cuando se malinterpretan nuestras intenciones y se ignora la sencillez de nuestro corazón, o cuando lo que entregamos no es valorado, es reconfortante recordar que "es entre Dios y yo".
Cuando perdemos el rumbo, la paciencia, la fuerza, es con Dios que lo resolvemos, no importa cuantas veces pensemos que la culpa o la solución se encuentra en otros, en algún punto descubrimos que siempre se trató de nosotros mismos, de nuestra forma de ver, pensar y responder en cada experiencia, y entonces recuperamos ese poder que hay "entre Dios y Yo".
Después de todo, al atravesar estas experiencias , descubrimos también que cada logro y superación de uno mismo podemos reconocerlos y celebrarlos "Dios y Yo".
Jhozo
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