Estamos en todas las cosas

 


En la constante búsqueda de quienes somos y quienes podemos llegar a ser, tendemos a pensar que nos descubriremos a nosotros mismos al lograr algo extraordinario e impactante o cuando logremos ser perfectamente buenos, según esto sea definido.

Aunque estén en oferta, no compres culpas

Para entretenerme con esto de los relatos quiero compartir una experiencia de esas simples y sencillas, que terminan siendo un tema del cual escribir.

Del spray a los cuentos e historias

Hace unos días decidí que necesitaba pintura en Spray, el chico de la papelería donde pregunté por primera vez mientras hacia la compra de los otros artículos que quería, me sugirió que tal vez podía encontrarlo en una tienda de bicicletas, puesto que ellos usaban este artículo. Así que hoy, mientras hacia otras diligencias, que en realidad estaban sustituyendo las que salí a hacer en primer lugar y no pude, me encuentro con una tienda que al español se llamaría fábrica de bicicletas, lo que en mi mente pareció el lugar perfecto para preguntar por el spray que quería tener y que aun no me resultaba tan importante como para detenerme a pensar cual es la tienda exacta donde deberían venderlo y donde yo debía buscarlo.

Para entrar a la tienda era necesario que alguien desde adentro pulsara un botón que abre la puerta. Toqué el timbre y alguien salio a pulsar el botón pero de inmediato dejó la tienda sola. Entro lentamente mientras con la mirada busco los sprays y una persona a quien poder preguntarle por ellos. Noto que no hay ninguno de los 2, pero igual me decido a seguir el protocolo y en cuanto aparece la señora de la tienda le digo, con cara sonriente de "no los vi a mi alrededor pero confirmare con usted": No tiene spray aquí, cierto?.

La señora, con cara de terrible desconcierto, agranda sus ojos y me dice en tono de asombro: -Spray? De que?, - Pintura en spray, corrijo, sabiendo que en la papelería cuando solo dije spray no había dejado claro de que tipo. La señora, quizá sorprendida de que aun yo tuviera algo que responder, intenta dejarme claro que estoy cometiendo una terrible locura, y usando el tono perfecto para ello, responde: Que? Spray? No! aquí no vendemos eso! (Acaso no te das cuenta?).. Al sentirme incomoda por lo que parecía mas un reproche que una atención al cliente, le acoto en respuesta, que espero no haberla ofendido. Pero ella recalca en respuesta: No, no, no!! Es que aquí no vendemos eso, esto es una tienda de bicicleta!!!. (Razón por la cual tal vez, además del spray había amabilidad...jajaja). Luego de concluir con un simple: "ok, disculpe", salí disparada de allí, con la sensación de pesadez que quizá la doña llevaba consigo de todo el día, o de toda la vida, no lo se...

De aquel episodio patrocinado por el Spray, o por la pintura en Spray debo decir, surgió en mí la idea de lo divertido, terapéutico y descontaminante que podría ser escribir cuentos e historias de las anécdotas que pueden sorprendernos extrañamente cualquier día.

Este fue entonces mi primer capitulo, espero que de algún modo lo absurdo siempre nos de risa!.

Saludos

           @jhozo